Las dos caras de la depresión:
A veces el dolor no se puede explicar con palabras. A veces solo puede transformarse. Así nació Las dos caras de la depresión, un corto que surgió de un momento de oscuridad, pero también de la necesidad de encontrar una salida, de comprenderme y sanar a través del arte.
Durante una etapa muy difícil de mi vida, empecé a experimentar con la autofotografía como una forma de expresión silenciosa. No era un ejercicio estético, sino emocional. En cada imagen intentaba capturar algo que no me atrevía a decir en voz alta: la tristeza, el cansancio, la sensación de estar presente y ausente al mismo tiempo.
Esas fotos se convirtieron en un espejo honesto, a veces crudo, pero profundamente liberador.
Con el tiempo, esa búsqueda interior se transformó en una historia. Quise que Las dos caras de la depresión mostrara lo invisible: lo que ocurre detrás de una sonrisa, el esfuerzo por seguir adelante cuando el cuerpo y la mente pesan, y también esa pequeña luz que, aunque tenue, nunca se apaga del todo.
Participé con el corto en el concurso Rec i acción en 2021, y aunque no buscaba reconocimiento, fue un paso enorme compartir algo tan personal con los demás. A través de ese proceso entendí que el arte tiene un poder inmenso: puede convertir la vulnerabilidad en fortaleza y la soledad en conexión.
Más adelante, encontré un espacio donde pude seguir explorando esa idea: el teatro. Con la Cía Diversa y bajo la guía de Miriam, conocí herramientas como el teatro imagen y el teatro del oprimido, donde el cuerpo y el silencio hablan por sí mismos. Fue una experiencia transformadora. En escena, cada gesto y cada mirada se volvieron una forma de diálogo interior.
Hoy, al mirar atrás, me doy cuenta de que Las dos caras de la depresión no fue solo un proyecto audiovisual, sino un proceso de sanación. Cada paso —desde la idea inicial hasta la edición final— fue una manera de reconciliarme conmigo misma.
El arte me enseñó que la depresión no es debilidad, sino una herida que puede convertirse en creación.
Que mostrar las dos caras —la que sufre y la que resiste— es también una forma de valentía.
Y si este texto o este corto logran que alguien, en algún lugar, se sienta comprendido o acompañado, entonces todo habrá tenido sentido.
Sobre la autora
Carmen Bianchi es actriz, creadora audiovisual y defensora de los animales. Vive en Barcelona, donde combina su trabajo artístico con proyectos que promueven la expresión emocional a través del arte.


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